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Por lo general disuadiría a la gente de leer fragmentos de obras mayores, pero por su unidad y la coherencia de sus argumentos, este opúsculo exige una lectura centrada y aislada del cuerpo mayor de la obra de Tucídides.
Este texto de propaganda, que no es otra cosa, muestra las virtudes del régimen ateniense frente a los propios de otras polis. En pocas palabras, es una alabanza de la vida pública y privada de sus habitantes, más que una remembranza de Pericles, que prácticamente está ausente en el discurso.
Por la claridad (de la traducción, porque no me consta que sea fácil de leer en su idioma original) y brevedad del discurso uno disfruta su lectura. No por nada es que la retórica ateniense siempre ha sido reconocida como magnífica. Para todo politólogo, historiador o filodemócrata, este opúsculo es altamente recomendable.