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Me quedo con la extraña sensación de que podría haber sido una mejor novela.
Ambientada en una idílica y majestuosa región del sur de la India, la narración recrea la historia de una familia desde las postrimerías del siglo XIX hasta los comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
Lo más destacado de ella, es la sugerente magia que emplea la autora a la hora de describirnos los bellos parajes, las tradiciones y las supersticiosas culturas de esa mística y sorprendente comunidad.
Y lo peor, es ese tropel de amor y dolor desaforado, que conduce a una enorme amalgama de frustración, de decepción, y de destinos truncados.
La última parte del libro apenas añade nada a lo ya expresado. Su desenlace se antoja soso y demasiado melodramático.
Es entretenida en muchas de sus partes, pero también bastante imperfecta en términos globales.
Pasable.
Historia bonita de amor y destino encuadrada en la India, con gran conocimiento de las costumbres por parte de la escritora, que te hace sumergirte en el modo de vida de los protagonistas. Lo que menos me gustó es el final.