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Es unos libros que me gustó bastante a pesar que todos los personajes son seres negativos, losers, exiliados del interior, en búsqueda de una identidad.
Pero la novela está bien escrita, bien armada y tiene un alto potencial psicoanalítico que la hace interesante.
El argumento: Silvio Lobo es un cuarentón solterón y funcionario prevaricador que vive con Dora, su madre a quien odia y que ella desprecia. El solterón se decide a dejar el domicilio materno para fundar una familia. ¿Con quién funda una familia? con una chica que conoce en un tugurio de mala muerte y a quien ni siquiera intenta conocer, pero que instala con domicilio fijo y regalías económicas. La chica que se llama Estela quedará embarazada. Y cuando ella da a luz un varoncito que él llamará Yván, Silvio no manifiesta ningún amago de interés paternal, ni tampoco de apego afectivo a esta joven madre a quien en realidad no conoce ni trata de conocer mejor. La chica va a fugar y abandonar a su hijito y al padre, quien no sabrá cómo apañárselas con el bebe. No encuentra otra solución que abandonarlo a Dora, la abuela que tampoco lo quiere y que lo rechaza como un estorbo en su vida de vieja rezongona. Más tarde Estela lo raptará y se lo llevará con rumbo desconocido. Esta es la primera parte de la novela.
A partir de este momento, la vida de Silvio Lobo es pura decadencia.
Y comienza una segunda parte que es una "road" novela con fondo psicoanalítico donde Silvio Lobo parte a la deriva a través de la vasta geografía de la pampa argentina atravesando Carmen de Patagones, Tandil, Bahía Blanca, buscando a Estela y por ende a su hijo. Pero sobre todo a Estela porque no logra entender que ella lo haya dejado sin ninguna explicación (explicación que el lector no tendrá jamás). Para la búsqueda, tomará los servicios de Marcusse, un viejo y roñoso detective que es una parodia grotesca del detective clásico; el hombre es un « filósofo del azar » porque aplica a sus casos las leyes del juego de azar; Marcusse será el nexo entre el padre y el hijo. El ambiente de la pampa argentina es un desierto privilegiado donde perduran códigos diferentes a los de una gran ciudad, donde quedan reminiscencias de la dictadura, o sea, sociedades cerradas dominadas por poderes ocultos.