Americo Vespucio. Hacia un mar de siete colores

Resumen y sinopsis de Americo Vespucio. Hacia un mar de siete colores de Miguel Betanzos

Américo Vespucio pertenece a esa gran generación de exploradores y navegantes que contribuyó al descubrimiento de América. Quizá ninguno tan desconcertante como él, cuya vida estuvo llena de glorias y honores, pero también de oscuridades, envidias y recelos; tanto es así que aún varios siglos después de su muerte hay quien sigue tildándolo de impostor, ladrón y falsario. Nació en Florencia en 1454 y, ya siendo hombre maduro viajé a Sevilla como representante comercial de los poderosos Medici. Allí trabó amistad con marinos y aventureros, escuchó historias de tierras ignotas y conoció a Cristóbal Colón, de quien fue un fiel amigo durante toda su vida.
Su espíritu lleno de curiosidad lo llevó a embarcarse en una expedición hacia el Nuevo Mundo financiada por la Corona de España. En ese viaje descubrió nuevas tierras, dibujó los cielos australes y relató con delicioso encanto las costumbres de los naturales. Años más tarde regresó una vez más, pero en esta ocasión bajo bandera portuguesa, en una de las expediciones más duras y terribles de que se tenga memoria. Atravesó miles de millas marítimas, navegó las costas del Brasil, descubrió el Río de la Plata (quince años antes que Solís) y llegó hasta los desolados confines de la Patagonia con gran parte de su tripulación enferma y los barcos a punto de reventar. Fue precisamente en ese viaje cuando advirtió que las tierras en que se hallaba no eran en modo alguno el Asia, tal como había creído Colón hasta entonces, sino un continente nuevo, una tierra nueva a la que el navegante florentino hizo emerger de la penumbra de los siglos.
En esta novela conoceremos su niñez en Florencia, sus escuetas andanzas en la diplomacia italiana, su fascinante exploración de los mapas y tratados de la época, y finalmente aquella gran aventura hacia las tierras recién descubiertas por Cristóbal Colon, las cuales, por un azaroso capricho del destino, acabarían por llevar su nombre.