Resumen y sinopsis de ¿Qué pasa con Ally? de Sheila Norton
Allison está a punto de cumplir los cincuenta, y su vida y su trabajo parecen un desastre. Un día ya no puede más y decide ir al médico. ¡Por fin! ¡Una baja de tres semanas por estrés laboral! Pero ¿es estrés o es algo más? Todo el mundo parece percibirla alterada, pero inesperadamente el riquísimo dueño de su empresa de pronto se interesa por ella. ¿Será una trampa más de la vida? ¿O quizá el principio del fin de sus pesares?
Infumable y aborrecible, ¿Qué pasa con Ally?, es la razón por la que he perdido la fe en la comedia romántica en la literatura, chick-lit incluido. Es una novela tan estúpida, tan pesada, que lo único sorprendente, además de su extensión, es que alguien haya decidido publicar semejante bodrio.
Sheila Norton es la autora de tamaña aberración. No la conocía y, sinceramente, espero no volvérmela a cruzar en mi camino lector. Norton es una escritora mediocre con un estilo de escritura simplón, confuso y con una nefasta ejecución. Todo esto lo consigue usando una prosa dinámica, liosa y con un desarrollo para llorar, un lenguaje funcional y unas descripciones bastante penosas. Pero la palma se la llevan los personajes. Su construcción es tan horrible que a penas puedes recuperarte mientras lo lees. Y el mejor ejemplo de esto lo tenemos en la protagonista, Ally, una mujer que parece estar definida solamente por la edad biológica que tiene, porque la mental no sobrepasa los cinco años de edad.
Titulándose ¿Qué pasa con Ally?, ya te da a conocer dos cosas. La primera es el nombre de la protagonista. Y la segunda es que, supuestamente, le pasa algo. Lo único que le ocurre, en mi opinión, es que es profundamente estúpida. Pero juzgad vosotros mismos a través de esta pequeña sinopsis. Ally es una mujer separada, madre de dos hijas, que trabaja de secretaria en Londres. Odia su trabajo, a su jefe y a su coche que arranca cuando quiere. Un incidente con el gato le hace replantearse su vida. Ally está agotada y, como no puede pedir vacaciones como la gente normal, pues decide ir al médico a conseguir una baja por estrés. Obviamente, cuando le cuentas al médico que tienes 50 años, la casa se te viene encima, el trabajo es horrible, tus dos hijas son insoportables y encima tienes que aguantar a la novia de tu ex, éste firma la baja casi sin mirarla. A partir de ese momento, Ally deberá tratar de disfrutar un poco la vida, mientras niega tener estrés y es perseguida por varios hombres con intenciones amorosas. Y ya está. No hay nada más. Toda la historia es un galimatías sin sentido. Y cada nuevo giro argumental lo confunde todavía más. El final es lo peor. Es abierto, abrupto y tan tonto como el resto de la novela. Un “happy ending” lo más falso posible.
En suma, ¿Qué pasa con Ally? Es una lectura aburrida que trata de empatizar con las mujeres maduras de una manera bochornosa. En principio se supone que intenta reflejar la poca importancia que tiene la edad. Pero como vivimos en una sociedad machista y superficial, el mensaje optimista acaba convirtiéndose en lo contrario. Así que os recomiendo que no perdáis vuestro tiempo con este pesadez. No se que es lo que le pasa realmente a Ally. Pero sea lo que sea, no es tan interesante como para soportar un segundo de esta tortura.