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El libro persigue una doble función, sirviéndose de una visión peculiar de la historia del cine, relata con carácter biográfico las interrelaciones de un padre amante del séptimo arte con su hijo. Sin pretender ser una nueva guía de educación paterna, quiere aportar nuevas vías educacionales.
Los tiempos cambian, las generaciones evolucionan y la enseñanza no debería quedarse en el camino. El libro es una propuesta, aunque también un intento de acercamiento padre e hijo.
Me pareció una simpleza.
A alguno quizá le sirva como entretenimiento, pero no creo que le funcione como experimento.
Ya sabemos que existen padres enrollados y cercanos a los problemas de sus hijos, pero para mí éste se sale del plano.
Eso de aceptar que no vaya al instituto a cambio de que deje las drogas, y obligarle a ver con él tres películas a la semana, me sonó a cuento de hadas.
¡Vaya una terapia más rara!
Puede que está basada en una experiencia personal, pero a mí se me antojó irreal a todas luces.
Un padre es un padre, y no un coleguita de botellón o un psicólogo de cabecera.
Extraño, escrito desde las vísceras. Tiene frases memorables. Crudo, sin filtro, tiene guiños por todos lados. Para padres de adolescentes y amantes del cine. Me gustó.
Es una buena reflexión sobre las relaciones entre padres e hijos, sobre todo cuando estos son adolescentes. Mediante este relato autobiográfico, el autor nos hace ver que , en determinados casos, la educación tradicional y académica puede ser la menos adecuada, y es mejor encontrar alternativas. Se lee muy bien, y además, debido al oficio del autor (crítico de cine), contiene comentarios muy interesantes sobre algunas de las mejores películas de la historia.
Libro juvenil con una historia más o menos repetida: padre inseguro de cómo abordar al hijo seudo desconocido, hijo al que nadie entiende y que no logra encajar con nada... Lo que lo salva es, creo yo, su falta de pretensiones. No es una novela ni moral ni existencialista sobre cómo deben ser las relaciones padre e hijo. Es fácil de leer y no se pierde nada, y a mí por lo menos me mando derecho a ver una vez más todas las pelis que ven en el relato.
Es ameno, y bastante entrañable la historia del padre y lo que se vio para educar correctamente a su hijo (que creo yo que no hizo lo correcto, pero bueno...) No es para ponerle un 2 como el anterior comentario, pues es entretenida y medianamente bien escrita, pero tampoco es una obra maestra; está escrita de una manera que no te hace sentir las cosas como deberían ser.
No suelo poner notas tan bajas, pero este libro no aporta absolutamente nada.
Simplemente se "narra" la relación y la situación bastante atípica entre un padre y un hijo, con unos muy escuetos comentarios de películas.