Comentarios y opiniones de Nuevas historias puñeteras
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El mundo del derecho es frio y complejo, lleno de término extraños y latinajos incomprensibles, aunque no está exento de errores y humor. Y esto es lo que Nuevas historias puñeteras, pretende mostrarnos, la cara más curiosa, divertida y peculiar de aquello que acontece en juicios y juzgados.
Fernando Vizcaíno Casas es el autor de este libro. Fue un célebre escritor durante la España de los años 80, gracias a sus múltiples libros que mezclaban historia con humor a la “española”. Casas es un escritor aceptable que posee un estilo de escritura enrevesado, pesado y con una ejecución correcta. Este efecto lo consigue usando una prosa lenta, liosa y con un desarrollo mejorable, un lenguaje complejo, lleno de tecnicismos jurídicos y expresiones latinas explicados un poco por encima y unas descripciones nulas.
Nuevas historias puñeteras es un compendio de anécdotas, hechos curiosos, situaciones hilarantes, diálogos brillantes y requerimientos estrafalarios que han ocurrido en los juzgados de nuestro país. Aquí cabe de todo. Desde abogados bastante tontos, hasta jueces desnortados, pasando por desmadres en el BOE, informes con errores tipográficos graciosos, malentendidos con el lenguaje judicial o juicios absolutamente insólitos (Y para muestra un botón: un burro fue denunciado por acosar a una vaca que, en su huida, acabó falleciendo. Y no, no estoy bromeando). Esta colección de “puñeterias” nos asombran, nos hacen reír y nos dejan sorprendidos. La justicia tiene sus argucias, trampas y desmanes, pero también está hecha de situaciones jocosas y extrañas que nos pueden sacar una sonrisa.
En suma, Nuevas historias puñeteras, es una lectura entretenida que nos ayuda a conocer un lado diferente de la siempre seria y estéril justicia. Aunque me proporciona una cierta desazón saber que los errores judiciales existen, algunos de ellos, son tan simples y jocosos que no puedes evitar soltar carcajadas. Como dice el dicho “las cosas de palacio van despacio”, pero por mucho que tarden espero volver a encontrarme con más “historias puñeteras”.
El mundo del derecho es frio y complejo, lleno de término extraños y latinajos incomprensibles, aunque no está exento de errores y humor. Y esto es lo que Nuevas historias puñeteras, pretende mostrarnos, la cara más curiosa, divertida y peculiar de aquello que acontece en juicios y juzgados.
Fernando Vizcaíno Casas es el autor de este libro. Fue un célebre escritor durante la España de los años 80, gracias a sus múltiples libros que mezclaban historia con humor a la “española”. Casas es un escritor aceptable que posee un estilo de escritura enrevesado, pesado y con una ejecución correcta. Este efecto lo consigue usando una prosa lenta, liosa y con un desarrollo mejorable, un lenguaje complejo, lleno de tecnicismos jurídicos y expresiones latinas explicados un poco por encima y unas descripciones nulas.
Nuevas historias puñeteras es un compendio de anécdotas, hechos curiosos, situaciones hilarantes, diálogos brillantes y requerimientos estrafalarios que han ocurrido en los juzgados de nuestro país. Aquí cabe de todo. Desde abogados bastante tontos, hasta jueces desnortados, pasando por desmadres en el BOE, informes con errores tipográficos graciosos, malentendidos con el lenguaje judicial o juicios absolutamente insólitos (Y para muestra un botón: un burro fue denunciado por acosar a una vaca que, en su huida, acabó falleciendo. Y no, no estoy bromeando). Esta colección de “puñeterias” nos asombran, nos hacen reír y nos dejan sorprendidos. La justicia tiene sus argucias, trampas y desmanes, pero también está hecha de situaciones jocosas y extrañas que nos pueden sacar una sonrisa.
En suma, Nuevas historias puñeteras, es una lectura entretenida que nos ayuda a conocer un lado diferente de la siempre seria y estéril justicia. Aunque me proporciona una cierta desazón saber que los errores judiciales existen, algunos de ellos, son tan simples y jocosos que no puedes evitar soltar carcajadas. Como dice el dicho “las cosas de palacio van despacio”, pero por mucho que tarden espero volver a encontrarme con más “historias puñeteras”.