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No está mal del todo. Interesantes descripciones de la vida de un barrio que quiere aparentar lo que no es con situaciones un poco descabelladas.
Libro de lectura sencilla sobre la vida de dos familias que se unen en un mismo camino.
Un ejemplar magnífico de literatura yanqui, con descripciones incisivas de aquella sociedad a través de unos personajes que se debaten entre una personalidad inestable y unas convenciones que no terminan de asumir. En el debe, un final quizás algo precipitado.
La novela es un retrato ácido y punzante que describe muy bien la vida en los suburbios o barrios residenciales de norteamérica.
Una crítica aguda, mordaz y tremenda, al falso paraíso en el que vive anclada y maravillada la clase media.
Bajo estas capas gruesas de hipocresía nada más que hay insatisfacción, desesperación ,depresión,y unas conductas a la par absurdas, reprimidas y cruentas.
Una pesadilla oculta que se bebe trago a trago y sorbo a sorbo, junto al calor y la comodidad de la vivienda.
Dramática y perversa.
Un estudio muy entretenido de los barrios residenciales estadounidenses, en este caso de clase media.Dos familias, los Nailles y su hijo que atraviesa una depresión. Padres sobreprotectores, alcohol, religión, homosexualidad,medicamentos, fiestas y visitas a otros matrimonios. Y los Hammer, sin hijos, y él es ciertamente un personaje de los mas siniestros. Hasta el final de la novela no aparece el dato que el resumen da como esencial y en realidad no lo es.Es solo un subterfugio para concluir la novela.
Me ha gustado pero son mejores sus relatos cortos, ganadores del Pulitzer en 1978.
Los personajes de Cheever estan tocados de excentricidad, rarezas, complejidades insondables que son reflejo de su propia vida.