Red social de literatura, comunidad de lectores y comentarios de libros 111.915 libros, 24.630 autores y 90.040 usuarios registrados

La tentación (János Székely)

János Székely
La tentación
  • Editorial: Lumen

  • Año publicación: 2008 (1948)

  • Temas: Narrativa

  • Nota media: 8 / 10 (5 votos)

Resumen y sinopsis de La tentación de János Székely

Mi vida empezó como una novela negra. Intentaron asesinarme. Por suerte todo sucedió cinco meses antes de que yo naciera, así que no creo que la cosa me causara mayor sobresalto...

Esta voz juguetona que nos sorprende desde las primeras líneas de Tentación pertenece a Béla, su protagonista, un chiquillo que a punto estuvo de no nacer, y que finalmente vino al mundo en la primavera de 1913 en una aldea de la campiña húngara, un lugar donde el hambre era el castigo de cada día. Su madre, una joven campesina, al nacer lo dejó en casa de una vieja arpía y fue su maestro quien le regaló los primeros libros, le hizo caer en la tentación del saber y le contó que más allá del pueblo había una ciudad mágica que se llamaba Budapest. Una vez llegado a la capital y empleado como botones en un gran hotel, durante el día Béla asiste al espectáculo de despilfarro de las clases acomodadas, dispuestas a ahogar su aburrimiento en champaña y caviar,y por la noche vuelve a la periferia para compartir con los suyos las miserias del proletariado. En la ciudad empieza también su despertar sexual a manos de una pelirroja perversa, rica y hermosa, y su coqueteo con la política de los años veinte. En los tres años detrabajo en el hotel, el joven Béla experimenta el límite del hambre y del agotamiento sexual, descubriendo lo mejor y lo peor de la sociedad que le rodea; en resumidas cuentas, juega con el destino poniendo sobre la mesa un deseo inmenso de vivir y gana su primera partida recién cumplidos los dieciocho años.
Novela veladamente autobiográfica, Tentación es uno de los grandes textos del siglo XX, pues su autor condensó en estas páginas todo el talento, el humor corrosivo y la ironía que distinguen a los buenos perdedores. Si Dickens y Thackeray vivieran, posiblemente aplaudirían a este admirable alumno, que aprendió de los grandes maestros ingleses el arte de contar una historia que era su misma vida.