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Sayonara, Mio se ha revelado como una grata e inesperada sorpresa.
No puedo decir mucho de la forma de escribir del autor. Pero, me ha gustado mucho su manera de narrarlo y, sobretodo, el ritmo de la narración. Ichikawa sabe captar y mantener la atención del lector en casi todos los momentos. Además su estilo claro y conciso, casi exento de ese sobreexagerado lirismo que a los autores japones parece encantarles, consigue que leer esta novela sea un placer, en más de un sentido.
La historia se desliza de forma sutil a través de las páginas. Esta hecha de momentos cotidianos y situaciones extraordinarias, diferentes y a la vez parecidas a las de miles de parejas. Es sentimental, pero no excesivamente triste o trágica. Y junto con ese final curioso e inesperado, la historia presenta una apariencia onírica.
Y sin embargo no todo es bueno. El protagonista me pareció irritantemente pesado. A veces su narraciones se volvían confusas o aburridas y jamás llegas a saber que le ocurre exactamente.
En definitiva, Sayonara Mio es un gran libro lleno de emociones y sutilezas, pero que a la vez cuenta una historia de amor común y corriente.
Una historia de amor que va cobrando fuerza según avanzas en su lectura. El final, cuanto menos, sorprende.
Me ha gustado mucho, me ha durado dos días.
Historia aunque algo surrealista, bastante emotiva. Con grandes dosis de humor. reconozco que me ha encantado su carga de misterio y ritmo tan pausado pero de intensas sensaciones casi hasta el final.
Una bella historia que ensalza el amor puro de seres que viven entre la realidad y un mundo de ficción.