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Libro flojo. Está narrado desde el punto de vista de un personaje importante pero secundario en el plano histórico. De este modo, nos acercamos y nos alejamos del personaje histórico principal dependiendo de la relación de ambos personajes. No me canso de decir que hoy en día no se puede hacer un libro o novela histórico con o desde el punto de vista de un único personaje. Las grandes obras actuales se basan en el hecho de la multiplicidad de personajes protagonistas. Además no capta la conmoción que supuso la reforma religiosa de Ajkenatón. Egipto, como civilización, se basó en el principio inmovilista de la religión. Amón era el dios principal desde el principio de la dinastía XVIII. Su sustitución tuvo que suponer un terremoto político-religioso que en este libro no captamos más que en pinceladas sueltas. Hay que destacar la relación entre Ajkenatón y Nefertiti. Una relación de amor, pero también de sometimiento del faraón a la personalidad de Nefertiti.
Libro entretenido, menor, que se lee con soltura. No obstante, la temática egipcia me aburre. Es el segundo libro que leo sobre ellos y no me transmite nada especial