Resumen y sinópsis de El mundo de ayer. Memorias de un europeo de Stefan Zweig
El mundo de ayer es uno de los más conmovedores y atractivos testimonios de nuestro pasado reciente, escrito además con mano maestra por un europeo empapado de civilización y nostalgia por un mundo, el suyo, que se iba desintegrando a pasos agigantados. Escritor extraordinariamente popular y testigo de excepción de los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre las dos guerras mundiales, Zweig recuerda, desposeído y en tierra extraña—en unas circunstancias personales de insospechado dramatismo—, los momentos fundamentales de su vida, paralela en mucho a la desmembración de aquella Europa central que se quería más libre y segura, al abrigo de la locura y la tormenta. El resultado es un libro capital, uno de los mejores de Zweig y referencia inexcusable para entender los desvaríos de un siglo devastador.
Han participado en esta ficha: yiyolon, Manuel Alfredo
Un libro para entender una época clave de la historia, la primera mitad del siglo XX, de una manera clarividente y concisa gracias al relato de uno de sus espectadores, Stefan Zweig.
Un relato que todos deberíamos leer, pero no solo por las reflexiones de los hechos que hace el propio autor, sino por el ansia de conocimiento que transmite y por la simplicidad con la que lo comunica.
Por sus páginas, aparecen descripciones de personalidades claves del momento como Sigmund Freud, Rainer María Rilke, Romain Rollains y un sinfín de intelectuales que reflejan el sentir de la época y demuestran el deterioro experimentado desde entonces hasta nuestros días.
Un libro que hace pensar y que, si todos lo leyéramos, tal vez no seguiríamos repitiendo una y otra vez los mismos errores.
Excelente autobiografía de Stefan Zweig, uno de mis escritores favoritos. Imprescindible relato humanista de una de las mentes más lúcidas que nos ha dado Europa y que nos narra sus vivencias en un periodo histórico trascendental. No es un libro para leer y guardar, sin duda lo volveré a leer con calma porque la historia lo merece.
Es un libro que definiría como bonito: Stefan Zweig, del que uno se da cuenta de que debió ser un hombre brillante y tremendamente interesante con tan solo leer unas pocas páginas de este libro, nos cuenta su vida y, de paso, recorre la primera mitad del siglo XX en Europa, una época en la que se pasó de la seguridad de un sistema milenario, vetusto y consolidado a la barbarie y el destrozo que supusieron dos guerras mundiales.
Mi libro favorito. Nadie me lo recomendó. Fue un regalo. ¡Y qué regalo!
El autor describe de forma sublime la Europa Central de principios de siglo XX hasta la 2 guerra mundial.
De lectura obligatoria.
Excelente autobiografía de Zweig, lúcido testigo de la mutación de la sociedad europea hacia las guerras y amigo de grandes intelectuales y personalidades de la cultura de su época.
A partir de sus vivencias, el lector puede acompañar los vertiginosos cambios sucedidos en Europa, el rol de la prensa y de ciertos intelectuales, como así también su lucha a favor de la paz.
Podemos encontrar muchos libros que nos expongan y expliquen lo sucedido aquellos años. Las razones y consecuencias de todos los acontecimientos ocurridos. Pero ningún libro transmite de una manera más intensa y profunda lo que se vivió; la angustia y la felicidad, el miedo y el entusiasmo.
No tiene desperdicio.En su tristeza del momento creo apreciar algo parecido en el conjunto de la sociedad mundial actual.
Extraordinario libro de este gran escritor austríaco, refleja muy bien la Austria de los primeros años del siglo XX, una Austria muy culta, la visita de algunas tumbas de otros grandes escritores que no voy a mencionar y como no el peligro inminente que iba llegando en lo que fue la segunda guerra mundial.
Lo dicho un libro de recomendación absoluta.
Excelente libro. Recomendable en todos los aspectos.
Con el estilo refinado y cargado de maestría que le caracteriza, Stefan Zweig nos lleva de la mano al corazón del siglo XX para mostrarnos la terrible dualidad del ser humano, capaz de construir un modo de vida basado en el respeto y la bondad, o de arrastrarse a la oscuridad más absoluta. Libro imprescindible.
Qué bien transmite el sinsentido de las guerras que le tocó vivir. Una novela imprescindible.
Es una obra magnífica, un hombre que se encuentra en un tiempo que parece no ser el suyo. Describe maravillosamente la vida en la Viena de antes de la Gran Guerra, y las grandes dificultades que la siguieron. Un alegato contra lo irracional de la guerra, un gran libro para conocer la historia de Europa un poco mejor.
Un libro muy personal que pone de manifiesto la inteligencia, el talento y la ética de este gran escritor. Es un libro triste, donde se narra la vivencia de tanta injusticia y mediocridad, dos guerras mundiales y la entreguerra. El autor transmite poco esperanza ante tanta sinrazón. Para un intelectual de este nivel debió resultar absolutamente irracional tanta brutalidad y barbarie. Transmite angustia y sufrimiento. Nos acerca al horror de dos guerras y a una política fanática emprendida por los fascistas. Nos hace reflexionar sobre los intereses ocultos que manipulan el destino de naciones enteras. Un acercamiento humano a hechos tan significativos que marcaron la historia del siglo XX.
La vida como ejemplo: Stefan Zweig
Nosotros, que todavía conocimos el mundo de la libertad individual, sabemos y podemos dar fe de ello, que en otros tiempos Europa disfrutó de su juego de colores caleidoscópico. Y nos estremecemos al ver cómo nuestro mundo se ha entenebrecido, esclavizado y encarcelado gracias a su furia suicida.
Stefan Zweig
Hay libros decisivos, no solo porque están bien escritos o porque nos informen de lo que en algún momento sucedió. De unos y de otros afortunadamente están llenas las librerías y las bibliotecas. Me refiero a los que son decisivos porque nos explican las claves de lo que sucedió, aunque ya conociéramos los hechos en sí de los que se nos habla. El mundo de ayer, de Stefan Zweig (Ed. Acantilado), es uno de esos libros porque nos desgrana las misteriosas razones por las que los seres humanos somos capaces de llegar a los límites de la excelencia y la ignominia, tanto en el terreno privado como en el público.
A modo de memorias, el escritor nos cuenta los entresijos históricos, pero también espirituales, de un periodo terrible de nuestra historia europea: el de las dos guerras mundiales y el irresistible ascenso del fascismo al poder en Alemania y otros países europeos, con su correspondiente entreacto lleno de renovada esperanza, que a él le tocó vivir y padecer de un modo directo. Y también el periodo precedente, en el que se gestaron las principales teorías acerca de la posibilidad de una Europa fraterna. El libro es, por tanto, inevitablemente la crónica de una decepción, el día a día a día de un proyecto político y espiritual abortado que, por cierto, tiene en este escritor a un símbolo perfecto.
Educado en un ambiente refinado, en gran medida autodidacta como resultado de la escasa capacidad pedagógica de unos profesores que sentían superados intelectualmente por sus propios alumnos, muy influido por un ambiente cultural altamente estimulante para los jóvenes de la Viena de su tiempo, Zweig afirma que “uno no era auténticamente vienés sin el amor por la cultura, sin ese sentido que le permitía analizar a la vez que gozar de esa superficialidad sacratísima de la vida”. En ese contexto, va creando la personalidad de un hombre comprometido con la cultura y con la paz, con la internacionalidad, con los valores democráticos de la tolerancia y el respeto a las ideas de los demás, cultivando la amistad de quienes como él pensaban que un mundo justo era por lo menos un sueño que moralmente era obligatorio intentar construir en la realidad.
A pesar de su carácter biográfico, Zweig demuestra una especie de irresistible pudor personal: “Jamás me he dado tanta importancia como para sentir la tentación de contar a otros la historia de mi vida”, dice en el prefacio. Cuando lo hace, y en particular de sus éxitos literarios, parece como que quisiera retirarse a un segundo plano, dejando en el primero lo que para él verdaderamente le parece importante destacar: los contornos de una gran tragedia, de la que él se siente una parte minúscula. Ejercicio de humildad sin precedentes. De este modo, sin embargo, nos ayuda a comprender las claves de un sufrimiento que afectó a millones de personas hace tan solo unas décadas.
En el libro se habla de todo y por eso es también una crónica escrita desde el rigor y la amenidad: de costumbres, de los vicios de la educación sexista que discrimina desde muy pronto a las mujeres, de la moral conservadora que lastra la libertad sexual, de las modas que corroboran esa mutilación…. Por supuesto, de política, de historia, de las claves de comportamiento social, de las miserias y esplendores de nuestra raza humana. También de arte en general y de literatura en particular. Imprescindible, por tanto, para conocer de cerca la vida intelectual europea siguiendo el rastro de algunos de sus ejemplos más influyentes en el terreno de la música (Richard Strauss, Ferrucio Busony, Alban Berg…), de la narrativa (James Joyce, Thomas Mann, H.G. Wells, Máximo Gorki), del sicoanálisis (Sigmund Freud), de la escultura (Augusto Rodin), de la poesía (Rainer María Rilke, Paul Valery…) o de la pintura (Salvador Dalí, etc) y muchos otros.
Imprescindible también para conocer las claves literarias y los procedimientos del propio Zweig, un escritor judío que consiguió a fuerza de trabajo un estilo propio basado en la amenidad y, sobre todo, en la concisión (“entre mis quehaceres literarios, el de suprimir es en realidad el más divertido…”), y que gozó de una fama extraordinaria en todo el mundo, llegando a vender millones de libros, aunque él mismo relativizó siempre el concepto mismo del éxito (“para mí el anonimato es una necesidad…”).
Zweig finalmente se vio convertido en un proscrito, en un exiliado eterno y doliente, como le ocurriera trágicamente a millones de seres humanos pertenecientes a su misma comunidad en todo el mundo, y desde esa condición, afincado en un Brasil que le subyuga por su fecunda inmensidad y en donde moriría en Febrero de 1942, escribe este hermoso libro que nos ayuda, como muy pocos, a intentar comprender nuestros propios límites.
Una obra imprescindible para poder entender la época histórica de principio de siglo XX, así como para conocer a este escritor fantástico.