Resumen y sinópsis de Cartas de la monja portuguesa de Mariana Alcoforado
En 1669 aparecía en París un pequeño volumen titulado Cartas portuguesas que contenía las cinco misivas que Mariana Alcoforado, monja portuguesa del convento de Beja, en el Alentejo, había escrito al conde Chamilly, capitán de la caballería francesa que había participado en el asedio de Ferreira. La historia que había unido a ambos personajes nada tiene de particular: Mariana había sido seducida por el conde y éste, olvidadizo, había partido para Francia dando por terminada su aventura. Sin embargo, estas cartas pasaron a la historia como una de las más rotundas expresiones del amor femenino: la monja portuguesa, abnegadamente enamorada, escribía desde su celda dando rienda suelta a su pasión ensimismada, a sus quejas y desvaríos, y dejando un testimonio imperecedero—sea o no real su autoría—, un auténtico breviaro de amor.Ha participado en esta ficha: jabblanquiblau
Independientemente del debate sobre su autenticidad son un buen ejemplo de narrativa epistolar amorosa.
Las supuestas cartas de amor de una monja del siglo XVII, dirigidas a un oficial francés a quien habría conocido durante la guerra de restauración portuguesa, fueron publicadas anónimamente en Francia alcanzando gran fama entre los lectores del género epistolar, llegando a influir a escritores importantes. Supuestas, ya que mayoritariamente son consideradas una invención de un tal conde de Guilleragues (aprovechándose de los tópicos de una literatura propia de mujeres por aquel entonces), o bien la reformulación de algo que pudo ser real. En cualquier caso, como obra literaria llama la atención por su sinceridad y expresión del sentimiento amoroso no correspondido, desde la pasión inflamada hasta la resignación final de esta pobre monja frente al amante que la ha olvidado.
Una curiosidad histórica, más interesante diría yo por la historia que tiene detrás, que por el propio contenido de las cinco cartas (que también).