Resumen y sinópsis de Los cristales soñadores de Theodore Sturgeon
Theodore Sturgeon representa la ciencia ficción más lírica y humanista de la época dorada del género. Dotado de una asombrosa agudeza psicológica, se sirve de lo fantástico para forjar un análisis agridulce de la vida y denunciar toda forma de represión, así como para celebrar el poder del amor y la belleza en una lúcida y amable exploración de la humanidad, cuya vertiente más luminosa, a menudo oculta entre los seres marginados o invisibles para la sociedad, acaba triunfando sobre la crueldad y el egoísmo. En este debut novelístico recoge la cautivadora historia de Horty, el huérfano que huye de sus padres adoptivos con lo único que tiene, su muñeco Junky, de misteriosos ojos de cristal, y a quien el destino une a un grupo de fenómenos de feria. Entre ellos conocerá por primera vez el amor y la comprensión, pero también deberá participar en la lucha contra el malvado Monetre. Éste sabe que Junky es más que un juguete, y Horty, más que un ser humano, y pretende explotar esa diferencia para someter el mundo a su voluntad. Con un estilo impecable y una trama impredecible, ésta es una obra rebosante de sentimiento y ternura, un auténtico lenitivo literario capaz de inundarnos de esperanza y reconciliarnos con el género humano.
Ha participado en esta ficha: bclaudia
Pura fantasía y magia lo que podrás encontrar en esta obra. El autor consigue dotar de vida a un muñeco y hacer que el lector incluso se encariñe de él, como sus protagonistas. Claro ejemplo de la magia de la lectura, que puede hacer que un objeto como un muñeco refleje más sentimientos positivos que incluso alguno de los personajes de la narración. Ciertamente entrañable.
Me enamoré de Sturgeon cuando leí este libro, pero no encontré en ninguna otra obra la magia de Los Cristales Soñadores... Emociona su manejo de los sentimientos, rescata los valores de la diversidad y condena cualquier tipo de violencia y represión. Nunca sentí una fantasía tan real!
Aunque se le rotule como ciencia ficción, esta novela pertenece a la más pura literatura fantástica. La humanidad, siempre presente en Sturgeon, llega a extremos conmovedores, aunque sin alcanzar el excelente nivel de "Más que humano"