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El Matenadaran, la biblioteca fortaleza de Armenia

AutorAlfredo Álamo el 25 de septiembre de 2019 en Divulgación
  • Tras sus muros reposan miles de manuscritos medievales.
  • Pertenece al Programa Memoria del Mundo de la UNESCO.

Fachada del Matenadaran.

Armenia es un país que ha sufrido numerosas invasiones y saqueos a lo largo de su dilatada historia. Esta república, situada entre Turquía, Georgia, Azerbaiyán e Irán, combina elementos orientales y occidentales, aunque siempre se ha definido como parte de Europa y de tradición cristiana, como atestigua su gran producción de manuscritos cristianos en abadías y scriptoriums. Un legado que ha sido saqueado en numerosas ocasiones.

Matenadaran significa biblioteca en armenio antiguo, y el actual edificio llamado así tiene su origen en el siglo V en la ciudad santa de Echmiadzín. Durante la Edad Media, esta biblioteca creció de manera notable, sobre todo porque tenía su propio scriptorium. Sin embargo, casi desapareció en el siglo XVIII tras uno de los constantes ataques a los que se veía sometido el país.

A mediados del siglo XIX, Armenia se sumó al Imperio Ruso y se retomó la labor bibliotecaria, haciendo crecer el catálogo hasta superar los varios miles de ejemplares. Estos números se incrementaron debido a una terrible desgracia: el genocidio sobre el pueblo armenio residente en el Imperio Otomano. Muchos refugiados armenios huyeron con las grandes joyas bibliófilas que poseían y que acabaron en el Matenadaran.

Gran parte de los fondos de la biblioteca fueron llevados a Moscú a principios de la década de 1920 para evitar su destrucción, y no fue hasta 1922 que volvieron a su lugar de origen, una vez la gran biblioteca había sido declarada pública y no dependiente de la iglesia, gracias al nuevo sistema soviético.

Tras varios traslados más en busca de un lugar seguro, las autoridades decidieron construir una enorme fortaleza en lo alto de una colina de la capital armenia, excavando bien profundo bajo tierra para crear un lugar inexpugnable y que no volviera a sufrir en caso de ataque a la ciudad. Dejó de llamarse solamente Matenadaran, para pasar a ser el Instituto Mesrop Masthots de Manuscritos Antiguos, aunque la mayoría de la gente sigue usando el nombre tradicional.

En la actualidad guarda 23.000 manuscritos y más de 500.000 documentos adicionales, algunos de los cuales son auténticas joyas únicas, datadas en la Alta Edad Media. Esto incluye el Evangelio de Vehamor, datado en el siglo VII y que es el más antiguo escrito en armenio. Además, contiene textos escritos originalmente en griego o etíope y que se conservan solo en su traducción al armenio.

Vía: Atlas Obscura

Fotografía de 23artashes con licencia CC BY-SA 3.0

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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