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¿Leer ficción nos hace mejores personas?

AutorAlfredo Álamo el 7 de junio de 2019 en Divulgación
  • Aumenta nuestra empatía.
  • Nos hace detectar mejor las emociones de los demás.

Cesta de libros y taza de café.

Cada día se leen millones de libros en todo el mundo, pese al innegable avance de otros medios de ocio, como la televisión, los videojuegos o Internet. Los libros pueden enseñarnos mucho sobre el mundo, mejorar nuestro vocabulario y nuestra manera de expresarnos, pero, ¿es posible que leer nos convierta en mejores personas?

Hay muchos estudios sobre las bondades de la lectura, que está asociada, por ejemplo, a un aumento del voluntariado o las donaciones benéficas, una mayor participación en política o incluso al descenso de la violencia en nuestra sociedad a lo largo de los siglos.

Y es que los personajes que leemos nos atrapan, nos hacen ponernos en su lugar y sentir sus emociones desde un punto de vista diferente al que tenemos habitualmente. Es un trabajo que ayuda a mejorar nuestra perspectiva. De hecho, se ha llegado a comparar con un simulador de vuelo para la mente. Si los pilotos aprenden a volar sin despegar de verdad, los lectores pueden practicar emociones sin verse realmente enfrentadas a ellas.

Se han desarrollado varias investigaciones para comprobar esta teoría. El psicólogo canadiense Keith Oatley reunió a un grupo de personas con diversos niveles de lectura y les aplicó una prueba para comprobar su nivel de empatía. Esta consiste en mirar la fotografía de los ojos de una persona y adivinar cuál era su estado emocional a partir de ella. ¿El resultado? Aquellos que leían más narrativa que ensayo sacaron una mayor puntuación en el test.

En la Universidad de Princeton, un equipo de neurocientíficos usó escáneres del cerebro mientras leían ficción para ver qué zonas se activaban. Tras analizar los resultados, se descubrió que había más actividad en las partes dedicadas a adivinar lo que otras personas están pensando.

Pero ¿saber lo que siente otro ser humano nos hace mejores? ¿Ponernos en su lugar mejora nuestro comportamiento? Para comprobarlo se han realizado otros experimentos. De nuevo, tras realizar un cuestionario de control lector, un grupo se vio enfrentado a una situación en apariencia corriente: a una persona se le caen varios bolígrafos al suelo. ¿Quién se detiene para ayudarle a recogerlos? Pues bien, aquellos lectores que más se dejan llevar por las historias y más se identifican con los personajes, son los que más se paran a ayudar.

Siempre podemos pensar que, en realidad, es al revés. Que la gente más empática es aquella que más se involucra en los libros. Pero el estudio parece haber corregido esta variable con un test de empatía previo.

Se han hecho estudios más a corto plazo. En Holanda se preparó una prueba de empatía tras leer las noticias sobre la situación de la crisis en Grecia. Después, se les dio a leer Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago y se les repitió la prueba. El resultado fue que no solo sus niveles de empatía habían subido tras la lectura, sino que una semana después eran todavía más altos.

Está claro que no solo la ficción tiene que ver con el aumento de la empatía. La información general nos puede mover a sentirnos en el lugar de otro, pero lo cierto es que la narrativa tiene tres ventajas: Tenemos acceso al mundo interior de los personajes, suspendemos mejor la credibilidad sobre lo que se nos cuenta y nos permite contemplar décadas enteras en el espacio de unas pocas horas.

Así pues, los investigadores están cada vez más convencidos de que leer narrativa hace que la gente se comporte mejor. De hecho, hay algunas grandes instituciones educativas, como la Universidad de California, que ha comenzado a incluir módulos sobre literatura y humanidades en la formación de medicina, buscando mejorar la implicación emocional de sus estudiantes.

Quizá deberíamos poner lecturas obligatorias a nuestros políticos. Seguramente viviríamos en un mundo mucho mejor.

Vía: BBC

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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