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La extraordinaria biblioteca del hijo de Cristóbal Colón

AutorAlfredo Álamo el 18 de abril de 2019 en Divulgación
  • Hernando Colón fue un ávido bibliófilo.
  • Su colección fue la más grande a principios del siglo XVI.

Retrato de Hernando Colón.

Hernando Colón destacó en su tiempo como cosmógrafo y autor, llegando a acompañar a su padre al Nuevo Mundo en su cuarto viaje. Estuvo al servicio de la realeza durante varios años, pero su gran pasión fue la de la bibliofilia. A lo largo de sus viajes por el mundo, que fueron muchos y variados, hizo todo lo posible para crear una biblioteca personal lo más amplia posible. En su día, llegó a alcanzar los 15.000 volúmenes, convirtiéndose en la más grande de su tiempo en todo el mundo.

De su legado, se conservan 6.000 de estos libros en la Biblioteca de la Catedral de Sevilla, pero un reciente descubrimiento en la Colección Arnamagnæan de Copenhague ha supuesto toda una revolución para los estudiosos de la cultura del siglo XVI. De entre un antiguo legado, con más de 350 años de antigüedad, ha aparecido un volumen que se creía perdido: el Libro de los Epítomes.

Hay que tener en cuenta que Hernando Colón no creó una biblioteca basada solo en libros únicos o de gran fama; a lo largo de sus viajes recogió absolutamente de todo, desde textos sobre filosofía a panfletos de noticias. Todo tipo de libro cabía en su colección, por lo que era una radiografía de lo que realmente se leía en la época.

Pero el Libro de los Epítomes va más allá. Es el catálogo de toda la biblioteca de Colón, los 15.000 volúmenes que un día contuvo. En este listado aparecen cientos de libros que se consideraban perdidos para siempre, o que eran completamente desconocidos. Una pieza espectacular para completar lo que ya se sabía sobre el siglo XVI.

Y es que este libro no es solo un listado cualquiera. Colón contrató a un equipo de académicos para que leyeran los libros que poseía e hicieran un pequeño resumen de su contenido. Esto puede variar de unas pocas líneas para un libro menor, o varias páginas para los volúmenes más importantes.

¿Qué quiere decir eso? Que ahora los estudiosos de la época han tenido acceso a miles de nuevos libros, con sus referencias completas e incluso un resumen. Este hallazgo supone una revolución en lo que conocíamos sobre las lecturas y la transmisión del conocimiento durante el Renacimiento.

Como curiosidad, el libro, que se creía perdido, apareció entre los libros de un antiguo escolar islandés, Árni Magnússon, que dejó 3.000 volúmenes a la Universidad de Copenhague en 1730. De estos, solo 20 estaban escritos en español, por lo que pasaron desapercibidos hasta hace pocos meses, cuando se dieron cuenta del tesoro que habían dejado pasar durante más de tres siglos.

Vía: The Guardian

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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