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Bohemio, anarquista, borracho, soldado, bígamo y escritor: Jaroslav Hasek

AutorAlfredo Álamo el 2 de febrero de 2015 en Divulgación
  • Hasek es un clásico de la literatura checa gracias a El buen soldado Svejk.
  • Fue despedido de la revista Mundo Animal por escribir sobre animales inventados.

Estatua en Lipnici dedicada a la figura del escritor checo Jaroslav Hasek

No hay muchos autores en la historia de la literatura con una vida más intensa y llena de anécdotas que el autor checo Jaroslav Hasek, nacido en Praga cuando la Bohemia todavía formaba parte del Imperio Austrohúngaro, es decir, en 1883. Pese a su afición por las drogas y el alcohol, logró graduarse en la escuela de negocios, pero pronto abandonó los números para dedicarse a las letras, trabajando como periodista freelance para varios diarios. Ah, y como vendedor de perros. Pero esto no es nada comparado con lo que llegó después.

Muy activo políticamente, Hasek abrazó la causa anarquista desde joven, leyendo manifiestos y libros a los obreros que no sabían leer ni escribir, llegando a ser editor del diario anarquista Komuna. Esta pasión política no le produjo más que disgustos, siendo perseguido por la policía, encarcelado en numerosas ocasiones -varias de ellas por vandalismo y agresión a la autoridad-, pero que a la larga le sirvieron para ir formando al personaje que sería su gran obra, el soldado Svejk.

Hasek se alejó un poco de la política por una mujer, Jarmila Mayerová, por la que trató de «enderezarse» para tratar de agradar a sus padres que, por decirlo discretamente, lo odiaban a muerte. En un fútil intento de acabar con su romance -se casaron en 1910- la familia sacó a Jarmila fuera del país, sirviendo únicamente para que Hasek se centrara en la escritura, entrando en un frenético ritmo de publicación de relatos.

Durante un breve periodo de tiempo, Hasek fue el editor de la revista Mundo Animal, pero de la que fue despedido tras descubrirse que escribía artículos sobre animales imaginarios que se le aparecían en sueños. Una vez más, todas estas historias inverosímiles acabarían formando parte del soldado Svejk.

Pero fue la Primera Guerra Mundial la que terminó por configurar la terrible sátira de Svejk. Reclutado por el ejército austrohúngaro, Hasek pasó por el frente, fue capturado por los rusos, liberado tras ser encerrado en un campo de prisioneros y, en un giro inesperado, se apuntó voluntario a la Legión Checa, un grupo revolucionario que buscaba la independencia del país frente al Imperio. Durante estos años fue soldado, periodista, agente de propaganda, reclutador y quién sabe qué trabajos más. Finalmente acabó como miembro del Ejército Rojo, trabajando como escritor de propaganda. Ah, sí, y se volvió a casar… sin haberse divorciado.

En 1920 volvió a Praga con una interesante fama como traidor, bígamo, comunista y persona de mal vivir en general que le dificultó enormemente encontrar un editor para publicar sus historias. Antes de la guerra ya había sacado una antología sobre el soldado Svejk, pero sus historias durante la guerra lograron un grandísimo éxito. Su visión desgarradora y satírica triunfó justo cuando Hasek enfermaba de gravedad, muriendo en 1923 de un ataque al corazón.

Hasek dejó escritas más de 1.500 historias a lo largo de su carrera y dos asteroides (27234 Hasek y 7896 Svejk) han sido bautizados en su honor. Ahí es nada

Imagen: Matej Bat’ha, bajo CC BY SA

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Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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