Biografía de Pedro Lemebel
Escritor y artista gráfico chileno, Pedro Lemebel colaboró con diversos medios de comunicación y es conocido por su estilo diferente, actitud provocador y por su conocimiento del mundo marginal y underground de Chile y Sudamérica.En lo literario, Lemebel publicó más de siete novelas entre las que habría que destacar Tengo miedo torero y Loco afán, crónicas de sidario.
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Escritas con el desparpajo y la honestidad de la “loca” latinoamericana, las crónicas de Pedro Lemebel quedan resonando en la mente por un buen tiempo pues se siente en medio de la sátira y la ironía, el dolor de un ser humano que ha sufrido el acoso, el llamado “bullying” durante toda su vida.
En sus textos, que hacen cabriolas al filo de lo cursi y la crudeza, que nada en aguas de lo grotesco y la poesía, subyace un cierto resentimiento por la humillación y el menosprecio que sólo a fuerza de intelectualidad, raciocinio y fuerza de voluntad para superarse y alcanzar el éxito logra soslayar un poco, sin llegar a ocultarlo del todo.
Las crónicas de “Adios mariquita linda” a primera vista pueden parecer repetitivas, reiterativas pero son testimonio de la vida de Lemebel y nos enseñan que los códigos y lenguajes del mundo gay son los mismos desde México hasta la Patagonia. Esto le concede, a pesar del localismo de los textos y de las palabras absolutamente chilenas con las que plasma sus historias un toque de universalidad.
En todas las culturas y en todos los idiomas, la mano de un obrero de la construcción sobándose el paquete frente a la mirada fija en la entrepierna de la “loca” ardida que sale a taconear la calle para saciar su hambre, significa lo mismo y lleva a los mismos resultados. Un cigarrillo que se enciende al pasar, en el momento justo en el que el vigilante del centro comercial está observando, logrará su cometido, hacer que ese hombre solitario que se aburre en su noche de labor, pida un cigarrillo que será el paso para el acercamiento y una posible noche de descoque erótico. Ese es el mundo que en parte nos pinta Lemebel, con cierto descaro y con un vocabulario que cabalga entre la vulgaridad y la literatura.
Las crónicas de Pedro Lemebel son, sin duda, una buena aproximación al mundo de prejuicios que abarca nuestra sexualidad. Una prueba de fuego para quienes no tienen una mente lo suficientemente abierta como para entender sin escandalizarse que la sexualidad humana tiene infinitos caminos y que esa sexualidad tiene puntos y códigos en común en casi todas las culturas y que se entenderían en cualquier idioma aunque al ponerlo en palabras nos demos cuenta de que no conocemos ni uno sólo de los verbos o adjetivos que se pronuncian.
Lo demás es el humor bien manejado, la posición política de izquierda de Lemebel, la sociedad chilena de su época, su postura y desparpajo frente al estatus quo y a las convenciones, temas que permean a lo largo de la lectura.
El libro necesita ser leído por un chileno o algún residente de este país, o como mínimo alguien que esté muy familiarizado con su historia, ya que si no se cumple alguno de estos puntos, el libro carecerá de encanto histórico, que es prácticamente su gran fuerte, desde las referencias al golpe militar, hasta los adentramientos al mundo homosexual oculto de Santiago de Chile.
El libro es muy interesante de principio a fin, pero lo es sólo para alguien que, o se familiariza con la historia chilena, o está interesado en ella. Además el libro cuenta con bastantes escenas "fuertes" pero que tienen como fin dar a conocer la realidad homosexual que por mucho tiempo se negó o reprimió en Chile.
Trata temas como la homosexualidad y el SIDA de una forma cruda, tal como es la cruda verdad.
Un buen libro, aunque debo reconocer que la historia se disfruta más si se ha vivido en el país y en la época en que se desarrollan los acontecimientos, ya que se alude a temas asociados a realidades muy profundas de la vida cultural, social y política del Chile de los '80. Independiente de lo anterior, es una lectura fresca, escrita con bastante ironía y sarcasmo. Es además, un libro tierno, divertido y siempre intenso.