Biografía de Yiyun Li
Marchó a Estados Unidos en 1996, estudiando inmunología en la Universidad de Iowa y trabajando durante tres años en un hospital. Posteriormente ingresó en la Iowa Wrters Wokshop, lo que le permitió obtener después un master en Escritura Creativa en la Universidad de Iowa. Es profesora en la Universidad de California. Ha publicado cuentos y ensayos en varios periódicos, como por ejemplo The New Yorker, y ha obtenido numerosos premios.Sus novelas, retratan la sociedad china en la que vivió.
Lo compré simplemente por instinto.
No tenía de él ninguna referencia, y no sabía lo que realmente me podría encontrar entre sus páginas.
Muchos libros son como las frutas: Tienen una buena apariencia externa, pero hasta que no lo pruebas, no sabes si su pulpa es dulce o ácida.
En este caso su sabor resultó dulce y agradable al paladar.
Esta mujer tiene, sin duda, un gran porvenir por delante.
Su forma de narrar es espléndida, ágil, clara y brillante.
Sus narraciones nos llevan a los desencuentros generacionales, a los desengaños, y a un mundo arcaico y depauperado que se va quedando cada vez más obsoleto por la fuerza de los acontecimientos y la modernidad.
Estupendos relatos, repletos de calidad.
Una buena pluma que espero que siga aportándonos más.
Todos los relatos son geniales, me gusta el estilo narrativo, la aproximación a la cultura de China vista desde la perspectiva de la autora. Recomendado.
Interesante aunque un poco deprimente. Es un libro que te hace pensar. Esta escrito con un estilo ligero y cercano con un buen desarrollo de los diferentes personaje que es sobre los que recae todo el peso de la narración. La trama en si no creo que sea lo importante sino mas bien el reflejo de su día a día. En cierto modo parece que los personajes son simples hojas mecidas por el viento de los acontecimientos que les ha tocado vivir donde poco o nada pueden hacer para cambiar su destino.
En general me ha gustado y nos muestra unas condiciones de vida duras pero sin ahondar en ello con dramatismo, te transmite un sentimiento de injusticia que te remueve por dentro y sobre todo sensación de que aunque muchas cosas han cambiado en 40 años en el fondo la situación de China sigue estando muy cercana a la realidad que se plantea.