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Es un placer leer un libro que demuestra científicamente que mucho de nuestro sufrimiento, de nuestros miedos los podemos controlar con la mente. Podemos reducirlos con las técnicas que nos describen. Interesante lo del doble dardo.
Este libro me lo regalaron por mi cumple, que fue en verano, y no lo he leído hasta ahora porque tenía otros que me parecían más atractivos. Pero luego empecé a echar un vistazo aquí, otro allá (no hace falta leerlo de principio a fin) y acabé enganchado. Es sorprendente cómo pueden verse juntas explicaciones científicas de nuestras emociones con explicaciones narrativas clarificadoras. Me gustó mucho la historia del gorila que ayuda al hombre a salir del pozo, por ejemplo.
Su tesis central es que lo que la neurociencia contemporánea está descubriendo acerca de nuestro cerebro es compatible con lo que sabían los seguidores de Buda hace 2500 años, a saber, que uno puede desligarse de la avaricia innecesaria y del miedo contraproducente y con ello ser más feliz. Bárbaro, porque la neurociencia nos da la información, pero no las técnicas para hacerlo, y este libro sí.