Resumen y sinopsis de Amor, curiosidad, prozac y dudas de Lucía Etxebarria
Amor: Una posibilidad remota para Rosa, que hipoteca su vida para pagar unos hijos que no puede disfrutar. Una memoria triste para Cristina, superviviente de una relación catastrófica con el sexo y las drogas. Un recuerdo borroso para Ana, que se pasa el día llorando en casa. Curiosidad: La última esperanza. ¿Hay otra vida más allá de los confines del día a día, de los escasos metros de refugio que proporciona un despacho de oficina, una casa de diseño o un bar tecnificado? Prozac: Veinte miligramos diarios que bloquean los puntos del cerebro donde se conectan las ideas y los sentimientos. Dudas: ¿Es posible sobrevivir al naufragio? Lucía Etxebarría ha construido una novela sobre la dificil búsqueda de la identidad femenina al margen de convenciones absurdas y estereotipadas, con un estilo personalísimo, esculpido a golpe de guiños y ambivalencias en el lenguaje de lo cotidiano.
Ha participado en esta ficha: kerazesa
Me ha encantado tanto la agilidad en la prosa como el enfoque directo a las tres historias sin pelos en la lengua.
Aire fresco aunque hayan pasado un buen puñado de años desde su publicación. Me ha devuelto las ganas de leer después de continuos palos al agua.
Es la segunda vez que me lo leo porque de la primera conservaba un buen recuerdo, y no me ha cambiado la opinión: es un novela directa, con personajes fácilmente reconocibles, complejos y bien descritos. Me ha hecho empatizar con las tres hermanas, como si describiese momentos de mi vida, como si fuera un compendio de las tres. Agradezco a Lucía su forma de contar historias, su manera de hacerte vivir sus relatos.
La novela está estructura en los tres puntos de vista que ofrecen un trió de hermanas antagónicas y que pretende retratar tres modelos de mujer contemporánea. Alterna la narración en primera persona de cada hermana: Cristina, Rosa y Ana.
Cristina es una atractiva joven que ha abandonado una insatisfactoria carrera profesional para trabajar de camarera en un bar, es juerguista, drogadicta y amante del sexo. Rosa, caracterizada como la alta ejecutiva que ha logrado sus objetivos merced a una férrea disciplina en los estudios que la han convertido en una incansable trabajadora, pero es una mujer solitaria. Ana, la hija perfecta, está casada con un hombre que la mantiene y tienen un hijo pequeño. Representa al típico estereotipo de la mujer española hasta hace 20 años, es decir, ama de casa y madre. Está deprimida y llega a desatender el cuidado de la casa y del niño, mientas se hace adicta a los calmantes. Están distanciadas al principio de la novela.
Además, la autora completa la trama con reflexiones sobre el acceso de la mujer al ámbito profesional, su techo de cristal, su forma de vestir, su vida privada o la conciliación.
Lucía Etxebarria ha edificado una novela intensa sobre la difícil búsqueda de la identidad femenina, con una prosa fácil de leer, palabrotas y descripciones sexuales en la que predomina el discurso introspectivo.
Es una novela muy recomendable en todos los sentidos y hace reflexionar a la vez que ofrece una lectura amena.
Lo leí hace tiempo y no tengo una mal recuerdo del libro. Una novela entretenida para pasar un buen rato, con una lectura fácil y amena.
Lo único que merece la pena en este es el primer capítulo. Si no fuera por el primer capítulo le pondría un 2.Después, la narración es tan simple, los personajes tan estereotipados y predecibles, las frases llenas de lugares comunes y los diálogos tan improbables, que es mejor cerrarlo y coger una novela de Corín Tellado. Y mejor aún dejar las novelas de verano, y leer literatura.
A mi el libro me gustó. No fue el primero que me leí de la autora pero si el que más deseaba leerme, el título me llamó mucho la atención. El libro está bien, es una de las pocas autoras españolas que me gustan.
Primer libro de la autora y primer libro que me leí de ella. Entretenido y de lectura rápida. Ideal adolescentes o Peter pans.
Bueno, creo que este libro es directamente para gente que disfruta con la escritura de Lucía -como es mi caso- y no porque busque de alguna manera engancharse a él. A mí es que me gusta esta escritora, cómo se expresa, las historias que cuenta y hasta cuando describe una mesa me gusta cómo lo hace. Pero siendo objetiva y olvidándome de mi afán por la escritora, valga la redundancia, considero que es un libro que no llenará más que a gente a la que le guste Lucía Etxebarría.
Me gustó porque me entretuvo, pero no es una maravilla. Prescindible.
Novela de piscina, de las que se comparte con amigos y en la que antes de finalizar el verano a entretenido a todo el grupo. Amena y correcta.