Resumen y sinopsis de El té de Proust de Norman Manea
El universo del campo de concentración visto a través de la atónita mirada de un niño, la guerra vivida por adolescentes, el arduo o imposible retorno a lo cotidiano en la Rumania de la posguerra bajo una dictadura, las heridas incurables impresas para siempre en la memoria: ése es el horizonte existencial de estos relatos de Norman Manea. Si la persecución a la etnia judía, la lucha por la supervivencia, el conflicto incesante, el sentido perdido de las cosas y de la humanidad lanzan a los protagonistas a un exilio espiritual, del caos puede surgir a veces la redención gracias a un pequeño destello de esperanza, a un valiente gesto de desafío, a momentos de epifanía poética. Así, por ejemplo, en el relato que da título a esta recopilación, el rito de tomar un aguachirle, a modo de té, en el que participa toda una familia en un campo de concentración, ilumina la escena del regreso del Horror a quizá otro horror, en un instante proustiano que nunca se borrará del recuerdo.
A la vez preciso y ambiguo, cuajado de alusiones pero implacable en su denuncia, el inconfundible estilo de Manea proyecta sobre estas veintiséis historias la atmósfera de una parábola o de un extraño sueño que roza la pesadilla. Como asegura Claudio Magris, las páginas de Manea sobre el pasado de su país se convierten en un «jeroglífico del Leviatán, en una gran cicatriz».
