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Cómo los escritores juegan con nuestro cerebro

AutorAlfredo Álamo el 21 de mayo de 2018 en Divulgación
  • Los giros narrativos son su arma favorita.
  • Tanto la sorpresa como la anticipación juegan a su favor.

El puzle de nuestra mente.

Cuando empezamos a leer un libro de misterio o intriga, esperamos encontrar, además de secretos, acción y, quizá, algo de erotismo, una buena tanda de sorpresas que nos haga maravillarnos y divertirnos con el puzle que nos haya preparado el autor. Existen varias teorías de cómo reacciona nuestro cerebro ante los misterios, algo que muchos escritores conocen y aplican para conseguir los efectos deseados… aunque no siempre es como esperamos.

Tanto si conocemos lo que va a pasar, bien por un spoiler o por nuestro propio razonamiento, como si el autor nos pilla por sorpresa, existe un cierto placer en el juego que nos lleva a ese momento en el que nos enfrentamos a notables revelaciones o donde toda la planificación del autor se nos muestra por fin al completo.

La maldición del conocimiento es un fenómeno estudiado: si conocemos la solución de un puzle, eso nos hace pensar que el proceso para resolverlo es más fácil de lo que en realidad es, sobre todo para los demás. También tendemos a sobreestimar nuestro conocimiento de cómo van a suceder los hechos si sabemos hacia dónde se dirigen.

Los escritores, al menos muchos de ellos, juegan con esto, con cómo nuestro cerebro procesa las pistas y el conocimiento, generando falsas expectativas o dejando ver caminos sencillos para la acción que nuestra mente toma enseguida como válidos. Gran parte del placer de un giro narrativo viene del shock que sufrimos al descubrir algo nuevo, algo que reconstruye en nuestro cerebro todo lo que creíamos cierto dentro de la novela hasta ese momento. De hecho, mucha gente siente la necesidad de releer partes anteriores para ver qué nuevos significados pueden encontrar.

También es cierto que el poder del spoiler no puede ser dejado de lado. Lo cierto es que hay estudios que indican que el saber ciertos aspectos de una historia por adelantado no rebaja el disfrute de la lectura, e incluso puede ser hasta divertido. Pero claro, si basas toda una novela en un giro argumental y el lector lo conoce… bueno no es lo más recomendable.

Pero, pese a todo, el spoiler se traduce en jugar con el lector poco a poco durante la historia, siendo bueno dando pistas y sin jugar al despiste. Esos relatos permiten al lector disfrutar con la anticipación de lo que está por llegar, que en muchos casos es tan intensa como la emoción de la sorpresa. Eso sí, se ha descubierto que lo que hace el spoiler es reducir la urgencia por leer una novedad, convirtiéndose en un libro más a la cola.

Por cierto, que esta sorpresa tampoco puede ser el eje absoluto de la historia, sobre todo si es algo realmente inesperado y sin pistas. Una revelación de este tipo puede resultar de todo menos atractiva, incluso puede llegar a enfadar a los lectores, que estaban disfrutando con su anticipación para encontrarse con una situación que no comprenden en absoluto.

Por lo tanto, es mejor llegar a un punto medio como autor: buscar la sorpresa, pero sin jugar al despiste con el lector. Y como lector, del mismo modo, aprender a dejarse llevar por el autor, dejándose sorprender manteniendo el sentido de la maravilla bien dispuesto.

Vía: The Conversation

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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