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Velas y libros: aromas para una mejor experiencia de lectura

AutorCarlos Sánchez el 5 de diciembre de 2017 en Divulgación
  • Las velas aromáticas pueden involucrar al sentido del olfato en la lectura de un libro.
  • ¿Se disfruta más de la lectura si estimulamos nuestros sentidos o la estamos condicionando artificialmente?

Libro abierto alumbrado por una vela

Estimular los sentidos mientras leemos puede hacer que nos metamos de lleno en la historia que cuenta el libro que tengamos entre las manos. Es obvio que vista y tacto son muy importantes a la hora de leer (pensemos en las diferencias que hay entre una buena y una mala encuadernación) pero, ¿y qué hay del olfato? Dado que está considerado como el sentido más primitivo y que nos conecta directamente con emociones y recuerdos se ha recurrido a diferentes sistemas para involucrarlo en la lectura.

Quizá el más difundido y fácil de aplicar sea el de las velas con diferentes fragancias, sobre todo por lo sencillo que es perfumar la estancia donde se va a leer con un aroma determinado. Sobre el uso de velas se ha escrito mucho más allá de su utilidad funcional como rudimentario método de iluminación: desde su utilidad ornamental al propio significado de las velas. Pero se suele pasar por alto su utilidad como método para sumergirnos de lleno en un relato.

Y de hecho existen diferentes tipos de vela para ello: desde las fabricadas para ambientar la lectura de un libro concreto como pueda ser cualquier novela de Sherlock Holmes o Alicia en el País de las Maravillas, a aquellas que sirven para recrear ambientes como la isla desierta de Robinson Crusoe o la mansión de Gatsby. También existen las velas temáticas o de género, como las que huelen a novela romántica.

¿Pero una persona tiene que ser rara para leer con velas aromáticas? Bueno, no necesariamente: recordemos que en el debate que se ha generado en los últimos años entre los defensores y detractores de los libros en papel y los de los libros electrónicos, uno de los argumentos utilizados por los que defienden el libro tradicional es el olor del papel que es capaz de despedir el ejemplar. Recurrir a estas velas significaría que se puede recuperar esa parte romántica de la lectura al leer con uno de estos dispositivos.

Encontrar este tipo de velas fabricadas para este tipo de libros no es complicado. Existen tiendas online como Etsy, Amazon o eBay donde se pueden adquirir estos productos, además de que en muchas tiendas físicas relacionadas con la aromaterapia y las fragancias también se pueden encontrar.

Ahora bien, también hay quien no está muy de acuerdo en influenciar a nuestro olfato y por consiguiente a nuestro cerebro con estímulos artificiales de este tipo. Para empezar, podemos pensar que en muchos libros se nos van a describir entornos donde las agradables fragancias no son precisamente las protagonistas: ¿queremos saber cómo huele un callejón de una urbe medieval, un prostíbulo de los bajos fondos o una morgue saturada de cadáveres antes de que la Revolución Industrial trajese una mejora de las condiciones sanitarias? No, posiblemente no queramos saberlo.

Además, está el hecho de que al encender una determinada vela condicionemos nuestra propia lectura y la percepción del relato, cosa que normalmente dejamos a nuestro cerebro y a la habilidad descriptiva del autor. Es decir, que se podría considerar como alterar lo mejor que nos ofrece la lectura, que es la incitación a imaginar escenas, olores, sabores, sonidos…

Carlos Sánchez

Lector empedernido desde que con 7 años recién cumplidos cayese en mis manos Ulises de Joyce. No hay libro ni género literario al que le diga que no porque hasta del peor escritor se puede aprender algo.

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