Viviendo de la literatura en España

• Las tiradas se reducen y los ingresos escasean.
• ¿Se puede vivir sólo de los libros?

Pasa la vorágine del Día del Libro y tenemos unos días de descanso antes de que llegue la madre de todas las ferias, que se celebra en Madrid y que concentra gran parte de la industria editorial en España. Estos son días de gran amplificación de la literatura y numerosos autores se ponen en primera línea de combate dispuestos a firmar sus obras, hacerse fotos, conceder entrevistas y dar unas cuantas charlas por toda España. Sin embargo, algunos críticos señalan una aparente contradicción: a veces el prestigio de un autor no se ve reflejado en las ventas.

Es casi hilarante que alguien descubra a estas alturas que la calidad de un texto y unas buenas críticas en medios tradicionales no dan para alcanzar los excelentes números de ventas que se conseguían en los años 90. No hay más que echar un vistazo a la ingente cantidad de novedades que se lanzan mes a mes para comprender que el mercado está más diluido que nunca y que se trabaja con la idea de lanzar cientos de libros con la esperanza de que alguno funcione. La burbuja de la endogamia cultural produce sorpresas como estas.

No, los críticos tradicionales ya no marcan la diferencia con sus artículos como antes, lo que no quiere decir que no tengan su influencia, y a la ecuación se han sumado otros actores, como los bloggers o los booktubers. Está claro que la diferencia de edad, tanto de prescriptores como de lectores, es evidente, así como los libros que se recomiendan o analizan en uno otro sentido.

Escribir en España es algo complicado, duro y que da unos réditos escasos. Los grandes superventas nacionales se van alternando en lo alto de las listas de ventas, con números cada vez más exiguos, a los que se van uniendo nuevas voces, sobre todo desde el campo de la literatura y la poesía dedicada a los jóvenes. Nadie se podía imaginar hace cinco años que autores como Marwan o Defreds iban a estar en el top 10.

Pero lo cierto es que una nueva generación de autores ha logrado conectar con su público de una manera que ha sorprendido a propios y extraños. Son libros cuya calidad literaria se ha puesto en duda, pero que han vendido mucho, logrando la atención de miles de lectores. Sus presentaciones y lecturas son como pequeños conciertos.

Pero, ¿tiene algo que ver su éxito con la caída de otros autores españoles a la segunda división de las ventas? En realidad, no. No podemos esperar que los chicos y chicas escojan a Defreds en lugar de a Sánchez Dragó. Existen, como ya hemos mencionado, causas sistémicas adicionales: mayor competencia en el mismo sector, cierto cansancio de lectores habituales… y quizá una proyección mediática mucho menor.

No podemos olvidar que los que más venden en España siguen siendo autores como Almudena Grandes o Reverte, por ejemplo, que no se sienten amenazados por estos nuevos escritores. Lo cierto es que escribir en España y vivir sólo de los libros sigue siendo un sueño que muy poca gente es capaz de alcanzar. Que exista una cierta rotación dentro de esa terna es, sencillamente, el signo de los tiempos.