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Recuerda hacer copias de tus libros electrónicos

AutorAlfredo Álamo el 22 de marzo de 2017 en Divulgación
  • En muchas tiendas de ebooks sólo compras una licencia.
  • Pueden borrarlos y jamás los podrás volver a descargar.

Libro electrónico con un té con limón.

Nos gustan los libros electrónicos por numerosas razones. El poder tener varias de las librerías más grandes del mundo al alcance de la mano en un par de segundos, es una de ellas. No hay nada como decidir leer un libro, entrar en una tienda de ebooks y con un par de clicks hacerse con él. Antes era bastante complicado, pero lo cierto es que Amazon por un lado, y otras tiendas alternativas como Lektu, han trabajado para que esto sea así. Sin embargo, muchos confían en que una vez comprado el libro ya es suyo para siempre, pero no es así.

En la mayoría de tiendas de ebooks estás comprando una licencia, no el libro. Hay que dejarlo claro, ya que tus derechos con respecto a lo que compras no son iguales. Puedes pensar que ese libro que descargaste en Amazon va a estar allí para siempre, en la nube, esperando a que lo vuelvas a poner en tu Kindle, pero no es así. De hecho, puede que, debido a problemas legales, ese libro desaparezca de tu dispositivo. O que ya no esté en el catálogo de Amazon y no puedas descargarlo dentro de unos años.

Otra cuestión a tener en cuenta: las cuentas de muchas tiendas son personales, así que es posible que, con la muerte de una persona, todos los libros que haya ido comprando ya no sirvan para otra persona. No, las cuentas de servicios online no se heredan de manera legal, algo a tener muy presente.

Así que nuestro consejo es hacer una copia de seguridad de cada libro electrónico que compremos, manteniéndola fuera de los directorios creados por Amazon o cualquier otra tienda y, por supuesto, nunca en los dispositivos electrónicos donde leemos. Lo mejor es tener una llave usb o un disco duro externo donde ir poniéndolos, y también en una unidad de respaldo en la nube, como Dropbox o Drive.

No es legal, pero quitar el DRM de los archivos comprados también es una manera de conseguir que esos libros nos sobrevivan. Es una lástima tener un montón de libros que sólo se pueden leer en un dispositivo concreto y numerado, sin poder dejarlos en herencia a tus seres queridos. Una cosa es luchar para evitar la piratería y otra muy diferente crear bibliotecas virtuales que se pueda derrumbar sin previo aviso.

¿Y vosotros? ¿Confiáis en que las tiendas y digitales os den servicio para siempre, aunque sea a través de terceros? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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