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Los audiolibros son para el verano

AutorAlfredo Álamo el 6 de julio de 2016 en Opinión
  • Su uso está creciendo año tras año.
  • Son perfectos para largos viajes y tardes calurosas.

Auriculares blancos sobre un camino de tierra en el bosque.

Si bien el audiolibro sigue siendo marginal dentro del mercado del libro en castellano, lo cierto es que poco a poco hay más aficionados a escuchar sus libros favoritos. Lo cierto es que pocas editoriales grandes han dado el paso a poner sus libros en este formato, destaca ahí Penguin Random House, pero todavía se está muy lejos del mercado en inglés, donde son una parte muy rentable del negocio.

En castellano, como parece ser habitual, la oferta en audiolibros más grande la encontramos en sitios de intercambio o pirateo (sí: pirateo, ya que cobran por ello). Habría que hablar largo y tendido sobre esto, de cómo la sobreprotección de algunas editoriales llevó a gente con problemas visuales a crear sus propios audiolibros y de ahí la aparición de webs que están, hoy en día, cubriendo un nicho de mercado desatendido. Y es que un audiolibro original, de una editorial, se va sin ningún problema a más de 20 euros. Eso sí, la calidad de la narración y la grabación es profesional, algo de lo pecan muchos audiolibros caseros (aunque hay gente fantástica como narradores).

Pero os quería hablar de cómo los audiolibros son geniales para el verano. Creo que es el mejor momento para utilizarlos, aprovechando un viaje largo por carretera con la familia escuchando El nombre del viento, o bien en solitario, cruzando el país en tren con alguna buena antología de relatos que acompañe nuestros pensamientos.

También está el tema de la playa o la piscina. Bajar con un libro está bien, pero el audiolibro ahí es más práctico. Gafas de sol, tumbona, toallita y una buena historia de asesinatos y misterios por resolver. Lo mismo se aplica si sales a pasear y no tienes ganas de hacer mucho el turista: un buen libro en los oídos y a disfrutar de cómo se apaga la tarde.

Yo soy un devorador de libros, por trabajo y por placer, y la verdad es que no soy muy de audiolibros por una cuestión de tiempo: leo mucho más rápido que escucho. Pero en vacaciones, cuando el tiempo se hace un poco más largo, no está de más poder bajar el ritmo y disfrutar de la pausa que ofrece una buena narración. Os lo recomiendo.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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